Miércoles 17 de diciembre, las alarmas sonaban debido a la Cena de Navidad del Colegio Mayor Peñafiel. Residentes, antiguos residentes y conocidos volvían a reunirse sobre el mismo techo para tener una maravillosa noche que, como vaticinaban los pronósticos, prometía.
A lo largo de toda la semana, la prensa vallisoletana se hacía eco de la llegada de Ovelio, asunto que no pasó desapercibido para algunos bares que volvieron a soñar en el consumo cuando era estudiante. También acudó el teniente Carlos (pudo acercarse desde Somalia donde está llevando a cabo una misión de paz). El que no pudo acercarse fue Brieg que tenía un examen a primera hora y es que Madrid está convirtiendo a nuestro francés preferido (junto a Benoit) en un chico muy responsable. También se había generado mucha expectación en los pasillos del Colegio Mayor, por ver a algunos residentes vestidos de gala.
Sin el tradicional “pregón” navideño (algunos lo llaman meditación encubierta) debido a la ausencia de D. Alfonso, se pasó directamente a la cena. Los momentos previos fueron una conglomeración de residentes buscando a alguien que supiese hacer un nudo de corbata, otros repeinándose y luego ver a Quique y a Pedro Martínez de traje (el primero recibió una gran ovación) dio finalmente paso a la cena, como siempre, magnífica y cada año, mejor.
Terminada la cena, se procedió al “canto” de villancicos e ingesta de polvorones. Algunos no pudieron soportar llevar el traje y decidieron hacer un cambio de vestimenta (véase el caso de Pedro Martínez). Y después de una sesión de fotos se procedió a lo que todos (en especial Ovelio) esperaban, ¡LA FIESTA!.
Sotabanco fue el destino, y correcto destino cabe decir, debido a una numerosa agrupación de Erasmus, hizo frotarse las manos a más de uno ( total, para nada ). Javier de la Fuente, intentando hacer una demostración de su poder de negociación pero no consiguió nada interesante. El buen ambiente y el Ribera de Duero de la cena comenzaron a hacer su efecto entre los residentes del Colegio Mayor Peñafiel: gente que se subía a las mesas, bailoteos, y fichas, fichas y más fichas... Pero, como siempre, na de ná.
Poco a poco, el tiempo se iba pasando y la hora de regresar se acercaba peligrosamente... y así un año más, hemos conseguido juntarnos todos, pasar un rato divertido y entrañable y, como no, disfrutar de la Navidad. Un saludo desde Albacete y hasta el próximo año,
Fdo.: Carlos y la tropa Goofy
3 comentarios:
Muy buena crónica!!La verdad es que la cena de Navidad nunca defrauda...UN FUERTE ABRAZO A TODOS Y FELIZ NAVIDAD!!
Muy buena crónica!!La verdad es que la cena de Navidad nunca defrauda...UN FUERTE ABRAZO A TODOS Y FELIZ NAVIDAD!!
claro que sí, pedazo cena de navidad.
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