miércoles, 18 de enero de 2012

LOS REYES MAGOS LLEGARON AL COLEGIO MAYOR PEÑAFIEL




En el Colegio Mayor Peñafiel hay algunas cosas que, afortunadamente, nunca cambian. Y una de ellas es la llegada de los Reyes Magos: el día del amigo invisible.
Son tres las características que convierten esa noche en una de las más esperadas: primero, saludar y admirar a toda la corte regia, encabezada por el Rey (elegido entre los veteranos) y secundada por dos pajes (de entre los novatos) y un yerno (que este año, sorprendentemente, no hizo aparición); segundo, echarse unas risas en la entrega de los regalos: cuál será el bueno, cuál el de broma, mira lo que le han traído a ese, ¡qué cabrones! Mira ese otro, ¡qué buena idea! Y cosas así; la tercera, el proceso de investigación siguiente, con una metodología propia de tesis doctoral, para desvelar adivinar quién era el amigo invisible de cada uno.
Pero vayamos por partes:
Su Majestad el Rey Chus I hizo su aparición allá por las 22, 30h. en la sala de estar de Peñafiel; venía acompañado de sus fieles acompañantes, los pajes Alejo y Carlos, que traían unas bolsas cargadas de regalos para todos los presentes. Las fotografías dan buena cuenta de la majestuosidad de los tres, así como de su impresionante vestimenta. Los aplausos no se hicieron esperar. Cada paquete depositado por el amigo invisible, llevaba una nota con el nombre de la persona a la que había que hacer entrega del regalo, así como —en algunos casos— una divertida o enigmática nota para explicar su contenido.
En términos generales se podría decir que este ha sido el año de las colonias. Hasta cuatro colegiales lo recibieron lo que, por un lado, nos hace reflexionar sobre lo eficaz de la publicidad navideña de este sector (piensa, piensa: ¿cuántos anuncios de colonias has visto recientemente? Yo también). Otra alternativa —que algún malvado dejó caer por lo bajini— hacía referencia a no sé qué hábitos higiénicos, pero estoy convencido que la cosa no iba por ahí. La primera sorpresa de la jornada saltó con el escaso número de regalos que recibió nuestro fiel secretario, Félix, pues —como todos sabemos— es ya una costumbre que reciba presentes de su amigo invisible… y de todos aquellos que lo deseen: alguno extra recibió, eso sí, pero nada comparado con las cifras que se manejaron años anteriores. El autor de estas líneas ha tenido acceso a uno de los legendarios autores de las bromas a Félix que, por razones obvias, no ha querido desvelar sus identidad:
-“La verdad es que me hubiera encantado hacer más regalos, pero… no tuve tiempo…”. Estremecedor testimonio…
Otros clásicos de esta jornada sí aparecieron: los auriculares (para Ricardo); los libros, (que cayeron en manos de D. Cristóbal, Valentín, Álvaro, David o Juanan); la ropa (que recibieron Cosgui, Gorka o Dani); la bebida (que recibieron, una vez más, las altas instancias del colegio)….ay, ay…
Hubo también regalos divertidos: el no-jersey de Gabriel, la declaración de amor carrefouresca a Echeve, el gorrito orejero de Mingo, el complemento bucal para Carlos o el bastón cibernético (con una descripción divertidísima) de Iñigo. Otros dieron que hablar: la trompetilla a Gustavo, la gorra a David S, el extraño artilugio a Pablo, la pizarra de Óscar, el coche teledirigido a Deivid, el tamagochi de Rodrigo, el pin sportinguista de Jorge, el bonobús de Alejo, el traje de operaciones especiales de Fernando, el kit de primeros auxilios para Chuchín... Los aplausos y las risas fueron acompañando cada entrega, con lo que la noche se hizo muy muy corta.
Claro que el final de la entrega de los regalos no es, en realidad, el final de los Reyes en Peñafiel. Justo entonces empieza la tercera fase: la investigación.
-“¿Y tú a quién regalaste? Venga, dínoslo”
-“¿Ya sabes quién te regaló?
Son las preguntas habituales de los días siguientes. Este año, además, un intrépido grupo de colegiales quiso ir más lejos, dedicando toda la mañana siguiente a realizar sus pesquisas, con las que consiguieron elaborar una lista de quién-regaló-a quién. Claro que algunos no han soltado prenda, con lo que la fiabilidad de la investigación no es total ¿O sí? Los próximos días ayudarán en la difícil tarea de —Gustavo el malo dixit— “desvelar el misterio”.
Mientras, ya podemos ir pensando regalos y bromas para el próximo año…