jueves, 16 de diciembre de 2010
HISTORIAS DEL COLEGIO MAYOR PEÑAFIEL EN ASTURIAS (1 parte)
Como viene siendo tradición, los residentes y colegiales del Colegio Mayor Peñafiel se desplazaron en el puente de la Inmaculada a Asturias para estudiar. Es un plan solo apto para valientes, pero este año mucho más y veréis por qué.
El viernes partió una expedición con muchas ganas de chapar y pasarlo bien. Dejaban el frio pucelano y la nieve de los últimos días para pasar a un clima más templado, pero nada más lejos de la realidad. La casa parecía la de Papa Noel en el Polo Norte, ¡¡un frio!! , y es que no había calefacción. El gabinete de viejunos considero que fue porque adelantamos un día la llegada.
Cenamos y para calentarnos echamos un trivial con saludos hebreos. Después de ello nos fuimos a la cama con cinco mantas. Mucha gente se pregunta a día de hoy cómo Cristian aguantó la noche sin calefacción. A la mañana siguiente se escuchó un grito por el pasillo que fue proferido por el del Pinar debido a la congelación del agua y Oscar nos contó como tuvo que ver a roca varias veces por la noche. Álvaro explicó que si no hay calefacción no hay agua caliente. Para evitar el mal olor de la peña por el poco tiempo bajo el agua fría, Mingo decidió encender la chimenea y así, según sus palabras, al menos todos oleríamos igual, es decir, a choto. Esa mañana se consiguieron calefactores eléctricos para la sala de estudio que era el pulmón de la convivencia.
A la tarde llegó la segunda expedición, nuestros amigos asturianos, y los charro-pucelanos con Gelin y Zapico. La sala de estar no cumplía para nada la legislación acerca de los espacios sin humo (si hubiera venido la ministra nos habría impuesto una sanción…) pero no por los fumadores, sino por el humo de la chimenea que en vez de salir por el techo se introdujo en la casa, vamos que nos estábamos fumando toda Asturias.
Para oxigenarnos y calentarnos un poco fuimos a Gijón a tomarnos unas sidras. Nos metimos en un chigre típicamente asturiano y empezaron a caer botellas a la vez que caían los goles del Barça, que extrañamente Valentín e Iñigo afamados merengones celebraban. La razón de la celebración era clara, el camarero era culé y no sacaba mas tapas. El caso es que Iñigo no dejaba un canapé vivo, ni los pasaba, y Gelin y Tino hacían lo propio con la sidra. En resumen que volvimos con la calefacción puesta. Por la noche se jugó al parchís y se vieron un par de películas clandestinas, gracias a Fran, el de Oviedo. También hubo escapadas a la sala de estudio para llevar las estufas a los cuartos como fue el caso de Oscar y Gelin. Álvaro por su parte decía que no le hacía falta porque estaba acostumbrado por sus noches en Zazuar.
A la mañana siguiente ya tuvimos calefacción y agua caliente, por lo que el humo de la sala de estar desapareció, no así el olor. Por la mañana estudio fuerte y por la tarde partido de fútbol sala. Se enfrentaba una selección asturiana y una castellana, en la que triunfo Castilla. El tanteo fue 22-20 en una hora y media de partido. Para reponernos de los esfuerzos vimos “Il gran Torino”. Por la noche mientras Gelín, Zapico y Barbes estaban echando un parchís, empezó a oler bastante mal, se asomaron al pasillo que estaba lleno de humo. Todos los que estábamos despiertos nos asomamos a ver qué pasaba. Y es que un radiador eléctrico que estaba dado la vuelta había empezado a arder. Todo fue muy rápido y surrealista una vez que había empezado a dejar de oler la sala de estar, empezaba el pasillo de las habitaciones.
TO BE CONTINUED by Nacho Z.
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