Algunos tenían dudas si las murallas de Ávila iban a claudicar ante las amenazas de un monociclo pero, al final, se demostró que ningún obstáculo puede parar al intrépido residente del Colegio Mayor Peñafiel en su montura. Inducido por su escudero Azcona, el primer paso fue aprovisionarse de las famosas "Yemas de Santa Teresa" que les ayudó a recuperarse del largo camino que habían realizado.
Después de visitar la Catedral y de darse un paseo por su Plaza Mayor se dirigieron directamente a las murallas de la ciudad para entablar una batalla desigual. Nuestro hidalgo caballero luchó con ahínco y, al final, consiguió su objetivo: bailar con su montura por las murallas de la ciudad.
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