Ayer lunes, en el Colegio Mayor Peñafiel, comenzamos el primer ciclo de cine de este curso académico marcado fundamentalmente por la entrada del plan Bolonia en la Universidad de Valladolid y lo hemos iniciado de la mano de Hayao Miyazaki, el mejor director de animación, con el permiso de la gente de Pixar, permiso que seguro nos ceden gustosos pues ellos mismos admiten que el director japonés es su inspiración.
La película que proyectamos ayer fue "El castillo en el aire"(天空の城ラピュタ Tenku no shiro Laputa) de 1986. Una película interesante para presentar el ciclo porque Miyazaki aún no ha terminado de consolidar su estilo. Junto a constantes temáticas y de estilo que luego aparecerán en toda su obra, hay otros factores que son casi exclusivos de esta película.
Entre las constantes del cine de Miyazaki se pueden señalar: la chica decidida, el trabajo como factor de maduración, el interés por las secuencias aéreas... Hay otros muchos elementos que iremos viendo en películas posteriores.
Y también hay algunos elementos que resultan extraños en el cine del estudio Ghibli pues luego no se van a repetir: una acción vertiginosa que no concede respiro (el resto de sus películas son más calmadas para profundizar más en los personajes) y la presencia de un malo integral (en el resto de las películas no hay malos malísimos, son malos con muchos matices y, en el fondo, con su buena parte de razón).
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