
Momentos antes del inicio del concierto la gente se reunía en pequeños grupos para “hacer tiempo”. El comienzo fue impresionante; guitarras, batería y voces marchaban al unísono; la banda y el público sentían mutuo agrado, ¡comenzando la “peña” desde el principio a dar palmas!, increíble. Al acabar la canción, el público estaba esperando con impaciencia el siguiente tema musical para sentir de nuevo ese "feeling" con Banda Sonora.
Conforme avanzó el repertorio musical de la banda, todo el salón de actos del Colegio Mayor Peñafiel, incluidos los cantantes tuvieron cierta “hibernación” musical, por así decirlo, que disminuyó algo la calidad del concierto. Pero como era de esperar, todos salimos de nuestro letargo musical y sentimos una chispa que encendió de nuevo nuestra fiesta. Palmas, gritos de apoyo y el desparpajo de Banda Sonora para animar a la gente

La cantante se dejó la piel, a lo cual se unió su buena voz que agradó a un público entregado a sus canciones. Mención aparte merece el batería del grupo, el cual “se salió” en su intervención. Su fuerza, ritmo y entrega se vieron recompensados con la aclamación del público que valoró su actuación tanto dentro como fuera del concierto. La actuación terminó con un estruendoso aplauso de la “peña” y pidiendo de nuevo otra canción a lo que por su puesto Banda Sonora no se pudo negar. El concierto terminó como empezó, con una canción cañera que levantó al auditorio y que se vio ensalzada con la “peluca heavy” que se puso el batería no sólo para dar la gran nota de humor del concierto, sino también para cerrar su gran actuación de cara al público.Bajo mi punto de vista, todos pusieron su empeño y ganas para demostrar que a pesar de ser un grupo de amigos que se divierten y divierten tocando para la gente, tienen todos ellos unas grandes capacidades musicales dignas de tener en cuenta y que debemos aplaudir.