Cuesta condensar los intensos días vividos en El Grado (Huesca) en estos escasos párrafos pero haré un esfuerzo. Tras un largo viaje desde Valladolid llegamos a El Poblado y tomamos posesión de nuestri alojamiento los grumetes que acudimos (Nacho Pestaña, Borja Rebollo, Alvaro Cabero, Alvaro Baños, Jesús de Castro y Jaime Cosgaya). Al día siguiente visitamos el Santuario de Torreciudad algo que nos impresiono por su estilo arquitectónico y su magnitud, después tuvimos nuestra primera sesión con el arquitecto Ignacio Vicens, el cual nos animó a innovar y dar sentido a la belleza en el trabajo que realizamos y que nos esforcemos por mejorarlo día a día.
Tras una exquisita y abundante comida, comenzaron los seminarios en los que previamente te habías apuntado en función de tus gustos o el que mejor se acomodase a la disciplina de nuestros estudios. La mayoría de nuestra expedición nos apuntamos al que dirigía el Julio Banacloche (Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Complutense). Lo bueno de estas conferencias es que no acaban con el seminario si no que a lo largo del día seguíamos intercambiando impresiones acerca de el mundo universitario algo que nos convirtió en una especia de sofistas que andábamos escuchando las lecciones atentamente de nuestros maestros .
También durante aquellos
días tuvimos tiempo de jugar un pequeño torneo de fútbol, en el
que gracias a nuestro talento e incluso con algunas bajas (Jesús de
Castro, Alvaro Cabero, etc.) del equipo titular, conseguimos
llevarnos la victoria a casa.
Hubo tiempo, también, para irnos de excursión a unas pozas. Fue algo divertido y que nos sirvió para profundizar más en los temas del Congreso durante el “corto y agradable” trayecto hasta las pozas. En todos había calado la idea trasmitida por Iñigo Pírfano (director de orquesta) que era acercarnos a la belleza de nuestro trabajo y de nuestro día a día.
A todos los que acudimos allí nos dejo buen sabor de boca y seguramente repitamos en los próximos años. Conoces mucha gente, descubres una nueva vida universitaria que va más allá de las aulas y te sientes interpelado en la construcción de una sociedad mejor, más justa y más solidaria.
Alvaro Cabero Parra
Hubo tiempo, también, para irnos de excursión a unas pozas. Fue algo divertido y que nos sirvió para profundizar más en los temas del Congreso durante el “corto y agradable” trayecto hasta las pozas. En todos había calado la idea trasmitida por Iñigo Pírfano (director de orquesta) que era acercarnos a la belleza de nuestro trabajo y de nuestro día a día.
A todos los que acudimos allí nos dejo buen sabor de boca y seguramente repitamos en los próximos años. Conoces mucha gente, descubres una nueva vida universitaria que va más allá de las aulas y te sientes interpelado en la construcción de una sociedad mejor, más justa y más solidaria.
Alvaro Cabero Parra
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